y entonces, la presión en el pecho hace que escribamos mejor o más espontáneamente
que tengamos un tornado en la cabeza y querramos escupir (vomitar, gritar?)
todo eso que pensamos
coherencia?
no sé.
reconociendo que esa presión, eso que no podemos explicar está totalmente fuera de la razón,
nada que salga de ese tornado de pensamientos va a ser coherente
entonces son días en que una canción te hace feliz
otra te alegra y otra...
hace que hundas la pala en la tierra húmeda para cavar tu propio agujero
y si no escuchamos más música?
mejor no... paso.
por qué?!
es que de esa forma le damos mas espacio a la cabeza
los pensamientos fluyen como si abriésemos un canilla
o diéramos paso al agua de un río que tenemos miedo de conocer
imposible olvidar
estabamos lejos de la perfección -era el aspecto insuperable-
sentíamos...,
creíamos... (o tratábamos de no hacerlo pero es inevitable),
especulábamos con... (el futuro ?),
nos ilusiónabamos... (si?),
teníamos un refugio más, y si el resto se terminaba nos quedaba ese para resguardarnos
falsa sensación de seguridad
la cabeza nos decía algo y sentíamos otra cosa
decidíamos que la realidad era relativa a quien la mirase y que era poco probable que esta se correspondiera con los malos augurios
pero nada es seguro todo...
deviene, devino y devendrá-
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