domingo, 25 de octubre de 2009

llueve hacia el amanecer

...Ni jaulas, ni pájaros que asustan; la lluvia
se hace ahora más ligera. Es pálido el rostro
que desafió el enigma de su prisión
y lo resolvió con un inesperado beso,
cuyas pecosas e insospechadas manos encendieron.

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